El B-29 “Enola Gay” fue la nave aérea que transportó la primera bomba atómica que devastó la población de Hiroshima en Japón, el 6 de agosto de 1945, 70 000 personas cayeron muertas en segundos y otras 70 000 quedaron heridas a muerte, a consecuencia de 20 kilotones de fuerza de energía explosiva, personas, construcciones, animales, naturaleza, cayeron bajo las órdenes del entonces presidente Harry S. Truman de los Estados Unidos.
El 9 de agosto, un B-20 llamado “Bock’s Car”, trasportó la segunda bomba nuclear para lanzarla en la población de Nagasaki, al sudoeste de Japón, esta explosión mató a 39 000 personas e hirió a muerte a otras 25 000, el 15 de agosto de 1945, Japón se rinde y con ello se da por terminada la Segunda Guerra Mundial.
En pasados días el mundo conmemoró los 70 años de estos dolorosos acontecimientos, el objetivo de utilizar la bomba, fue terminar de una vez por todas con la guerra y así “salvar miles y miles de vidas de jóvenes estadounidenses”, según postura del presidente Truman, quien ganó algo muy valioso para su nación: la exclusividad de la bomba y la ayuda a los países que se vieran amenazados por el comunismo, así pues, el nacimiento de la llamada “Guerra fría”, una guerra que aunque parece que ha terminado, no le quitó el poder ni a Estados Unidos ni a la hoy Rusia, de producir armas nucleares para la guerra.
La Alemania nazi, terminó con la vida de 27 millones de soldados y 23 millones de civiles, la Segunda Guerra Mundial fue un ejemplo de violencia, intransigencia, poder absurdo, barbarie, fue un claro ejemplo de que la humanidad pende de la decisión de una sola persona o grupo en el poder, muerte, destrucción, hambre, enfermedades, pobreza, son las consecuencias que no importaron a los entonces dirigentes del mundo.
70 años después ¿habrá cambiado algo?, el pasado 14 de julio, el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hizo llegar un acuerdo al Congreso en el que se impedirá que Irán tenga la posibilidad de contar con armas nucleares, se espera que esto se apruebe para que la exclusividad de este tipo de armamento que en países como Rusia, Gran Bretaña, Francia, Israel, China, India, Corea del Norte y Paquistán, que son los que actualmente cuentan con este tipo de armas que, curiosamente, fueron producto de la investigación de uno de los científicos con más vocación pacifista durante el siglo XX llamado Albert Einstein.
Actualmente existen 16 200 cabezas nucleares, un número menor a las 18 000 en enero de 2012, sin embargo, esta reducción no fue por cambiar de postura frente al armamento, se redujeron por la obsolescencia de la tecnología que las componía.
Según datos del diario El Tiempo, “en mayo de 2002 el Tratado sobre Reducciones Ofensivas Estratégicas, limita a un margen de 1.700-2.200 las cabezas nucleares de Estados Unidos y Rusia a finales de 2012. El tratado START III determina también que el número de misiles balísticos que transportan ojivas nucleares deberá ser recortado hasta un máximo de 800”.
Así, las posibilidades de un nuevo ataque en cualquier momento siguen latentes, los grupos en el poder no han vislumbrado que la guerra, aunque les resulte un buen negocio, va en contra de todos los derechos de la humanidad, Estados Unidos se da el lujo de ser quien determine qué países pueden poseer armas nucleares, cuando en realidad, deberían ofrecer una disculpa a la humanidad entera, como en su momento lo hizo Alemania, demostrar su arrepentimiento y usas su gran poder, para decretar que nunca más se utilizarán armas nucleares en contra de la humanidad.
