La grave crisis que desataron los incendios de la semana pasada en las más de 700 hectáreas que arrasó el fuego en localidades de Tlaxcala, evidenció la miseria humana de muchos políticos pero también nos mostró la cara de personajes que al menos en los hechos, sí quieren a su tierra.
Mucho se ha escrito sobre la torpeza de funcionarios ante su ineptitud.
Hubo quienes reaccionaron tarde y otros que de plano para no ser exhibidos, aventaron al ruedo a la gobernadora Lorena Cuéllar exponiéndola a las mentadas del pueblo bueno que le reclamó la tardía reacción del gobierno que encabeza, como fue el caso del morelense Luis Antonio Ramírez.
Si bien no es responsabilidad 100% de la mandataria, si de sus funcionarios que evidentemente se vieron rebasados.
No faltó también quienes quedaron exhibidos por su hipocresía de pretender alcanzar la silla local pero no dar ni una pala para ayudar a combatir los incendios como Homero Meneses, Ana Lilia Rivera o Raymundo Conchas quien hace una semana se veía feliz junto al impresentable Pedro Haces levantándole la mano en señal de ser un serio competidor a la gubernatura, nada más lejos de la realidad.
La miseria quedó expuesta.
Pero hubo quienes sí dieron la cara por Tlaxcala sin hacer alarde o presumirlo.
De entrada, el orgullo Tlaxcalteca Carlos Rivera puso el ejemplo.
Colocó centros de acopio, hizo donaciones y no sólo compartió el momento en sus redes, sino que fue con toda la intención de que toda la opinión pública volteara a ver a lo que sucedía en nuestro estado.
También hay que resaltar que otros políticos de la 4T y hasta de oposición salieron por lo menos a solidarizarse o a echar la mano ante la tragedia que rebasó al gobierno, sin dejar de mencionar a las brigadas de ciudadanos que junto a morenistas, panistas, alcaldes de las zonas aledañas como el de Huamantla que puso víveres, brigadistas, un centro de acopio, pipas y hasta sus famosos “Mavs” para subir el cerro, o la alcaldía de Libres en Puebla que bien que mal se vio pendiente, así como senadoras de oposición expresaron su apoyo no solo de palabra sino con víveres, apoyo de personal y recursos para combatir la tragedia.
Bien dicen que las emergencias sacan lo peor y lo mejor de la sociedad.
El incendio de Atltzayanca demostró quien sólo usa el poder para su beneficio personal y quien para ayudar verdaderamente al pueblo, e incluso evidenció la mediocridad de los funcionarios cercanos a Lorena Cuéllar que lejos de ayudarla la hundieron más.
Cada quien evalúe a sus funcionarios y a quienes aspiran a gobernar Tlaxcala para recordarles que cuando Tlaxcala los necesitó, hubo quienes le dieron la espalda a nuestra tierra.