Viernes, 19 Abril 2024
Viernes, 20 Abril 2018 17:50

Si en verdad quieren a México, pónganse de acuerdo

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Josep de Maistre (1753-1821) decía que cada pueblo (nación o país) tiene el gobierno que merece, y sinceramente concuerdo más con la mejora que le dio a ese célebre pensamiento, su paisano André Malraux (19021-1976) quien sostuvo que no es que los pueblos tengan el gobierno que se merecen, sino que únicamente el pueblo tiene el gobernante que más se le parece.

 

México por supuesto no es la excepción.

 

A 71 días de llevarse a cabo la elección más grande la historia, el pueblo de México estáría recibiendo la máxima de Malraux, es decir, tener el gobernante que más se parece a su pueblo.

 

Los estudios demoscópicos así lo señalan, y a dos días de celebrarse el primer debate presidencial, todo parece indicar que la inmunidad del dos veces fallido candidato Presidencial Andrés Manuel López Obrador y que en mucho ha contribuido el propio gobierno mexicano, gozará de cabal salud y terminará sin despeinarse esta campaña electoral.

 

¿Las causas?

 

Son muchas, en primera instancia, el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto lejos de sepultar las aspiraciones del tabasqueño, hizo todo lo necesario para catapultarlo hasta los 22 puntos de ventaja que le dio el periódico Reforma a Andrés Manuel sobre Ricardo Anaya esta semana, o los casi 32 puntos que le da Roy Campos de Mitofsky superando al panista con un 11.1% de las preferencias, tomando en cuenta que Anaya Cortés aparece en la mayoría de las encuestas como el más cercano competidor de López Obrador.

 

¿Por qué hizo lo necesario el sexenio del Presidente Peña Nieto para que hoy el tabasqueño esté con un pie y medio en Los Pinos? Es muy simple, de entrada, en los más altos círculos de poder, le brindaron el registro del negocio familiar que hoy se disputan los hijos de López Obrador y el círculo más cercano del tabasqueño (Yeidckol Polevnsky o Citlali Ibáñez como usted guste decirle, Martí Batres y demás personajes) mejor conocido como Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), donde hasta los muertos le dieron la firma para crear el partido que dirige López Obrador, acto ilegal que sólo los fanáticos del ex jefe de gobierno capitalino no vieron.

 

Los actos de corrupción, la Casa Blanca que si bien es cierto, demostraron con documentación que la compra se llevó dentro de los márgenes de la ley, la oposición y voceros de morena se encargaron de capitalizar con eficacia el error político de adquirir una vivienda que como dijera Andrés Manuel “Ni Obama la tiene”.

 

Mantener a Emilio Lozoya a pesar del escándalo originado por la presunta entrega de sobornos de la petrolera – constructora brasileña Odebrech a distintos funcionarios de latinoamérca entre ellos, Lozoya Austin, cuya investigación inició el departamento de justicia de los Estados Unidos. La Procuraduría General de la República (PGR) por supuesto, hizo mutis y alargó los procesos para apostarle al olvido, sin embargo, aceleró todos los procesos y utilizó todos los recursos del estado para perseguir al candidato de la Coalición “Por México al FrenteRicardo Anaya a quien con más omisiones que errores, se le involucró en un presunto lavado de dinero que hasta el momento, no ha sido probado.

 

Gerardo Ruíz Esparza, un impresentable personaje, no sólo fue mantenido en su cargo tras la desgracia del Socavón en el Paso Express de Cuernavaca que costó la vida a dos personas, sino que meses atrás, habría sido exhibido por contratos amañados, sin olvidar la caía del satélite mexicano “Centenario” en mayo del 2015, donde hasta el momento se desconoce la verdadera causa y que por supuesto, el costo del error lo cargaron a los contribuyentes.

 

Más allá de las reformas que consideron eran necesarias para el país y el contexto internacional en el que se encuentran, la oposición supo capitalizarlas como un daño a los mexicanos, un error de comunicación le llaman los expertos, sin embargo, nadie hizo nada por explicarlo, por el contrario, permitieron que las masas se dejaran llevar por el discurso de odio al son de “echaremos atrás las reformas que tanto daño le han hecho a los mexicanos” y en consecuencia, el diálogo con el ciudadano se rompió.

 

López Obrador hizo campaña violando la ley y aprovechando los vacíos jurídicos para exponerse en tiempos de radio y televisión y seguir posicionando su movimiento mientras el gobierno federal se enfrascaba en una lucha de poder entre los grupos de Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong.

Su guerra contra Ricardo Anaya por el caso Barreiro sumada a la pésima operación política que el joven queretano dejó a su paso por el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional (PAN), lo tienen a un paso de que se le vaya López Obrador de las manos y se perfile a ocupar los Pinos aunque ya aseguró que no vivirá ahí.

 

En su mezquindad, quienes desde hace años pudieron frenar al PEJE, se enfrascaron en una guerra sin cuartel, olvidándose - para variar- de lo más importante, de los mexicanos.

 

José Antonio Meade quien desde mi punto de vista es un buen funcionario, dejó pasar – por omisión – el desvío de recursos documentado por el portal Pájaro Político bajo el nombre de “la estafa maestra”, situación que le valió el descrédito del electorado, sumado al gasolinazo que se ha explicado mil y una veces, pero que la masa jamás entenderá y por el contrario, criticará y castigará este 1 de julio.

 

El problema no es menor, la frase de que sí podríamos estar peor es muy cierta, las indecisiones, corrupciones, impunidades, indiferencias y apuestas al olvido, hoy tienen en la boca del diablo a un país que votará encabronado por un candidato que promete un cambio de sistema a pesar de que forjó su partido, hizo campaña y recicló políticos que han salido de ese sistema que tanto critica.

 

Está en manos de Ricardo Anaya, José Antonio Meade, Margariza Zavala o Jaime Rodríguez, ponerse de acuerdo para poder enfrentar en conjunto al candidato que prometió luchar contra la corrupción pero que se llenó de ella al aceptar a cuanto impresentable pudo.

 

No digo que los demás no sean corruptos, sino que los mexicanos elegiremos al menos peor de todos.

 

En pocas palabras, ¡pónganse de acuerdo! y siéntense a dialogar si en verdad quieren a México, porque la sombra de la Revolución Bolivariana que se ha documentado cientos de veces, amenaza con cubrir bajo su manto a nuestro querido país, y si alguien me lee, seguro empezarán los insultos y mentadas de madre, pero sólo hay una forma de corroborarlo y esa forma es, darle el poder a quien clasifica a sus adoradores como gente honesta y a quienes lo cuestionan como enviados de la mafia del poder.

 

No dudo que López Obrador tenga buenas intenciones, pero el ejemplo no basta, perdonar narcos no basta, regalar dinero no basta, congelar precios no basta, no aumentar impuestos apenas es una medida que los expertos en economía ven imposible sin consecuencia alguna, vender aviones y quitar pensiones no basta, el problema de México es más de fondo, y dudo que haya un candidato hasta ahora, sea capaz de erradicarlo, y me refiero a la corrupción, porque esa, se combate en las entrañas del núcleo familiar, con valores y respeto, en donde el ejemplo del PEJE difícilmente entrará.

 

 

Carlos Torres Flores

Periodismo , músico, emprendedor, escribo a ratos, , amo Puebla, creador de  y , fan de los Simpson.

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